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Cuando el miércoles se inaugura en Argelia una de las ferias del libro más grandes del mundo árabe, hay una ausencia notoria. El autor franco-argelino Kamel Daoud, que ganó el premio literario más prestigioso de Francia a principios de esta semana, no fue invitado al evento de este año.

El ganador del Premio Goncourt de este año y su editor francés Gallimard, un participante habitual, se encuentran entre los que no serán bienvenidos en la Feria Internacional del Libro de Argel. La exclusión de varios autores y editores destacados del evento de este año refleja las limitaciones actuales a la libertad de expresión en Argelia.

Las novelas de Daoud y sus temas a menudo polarizan opiniones tanto en Francia, donde vive, como en Argelia, donde nació. Su tercera novela, Houris (Vírgenes, en inglés), ganadora del premio Goncourt, se centra en los recuerdos de las víctimas de la “Década Negra” de Argelia. Después de que los islamistas ganaran la primera vuelta de las elecciones legislativas en 1990, Argelia cayó en una guerra civil después de que el gobierno respaldado por los militares cancelara la segunda vuelta.

Aunque los recuerdos de esa historia cobran gran importancia, Houris no estará entre los más de 300.000 títulos disponibles en la feria del libro, que se comercializa bajo el lema “Leer para triunfar” y se anuncia por tener un enfoque especial en la historia.

Ali Bey, propietario de la Librarie du Tiers Monde de Argel, dijo que estaba “encantado” de ver el reconocimiento internacional de Daoud, pero lamentó que los lectores argelinos no pudieran comprar sus novelas.

La censura se extiende más allá de Daoud y Gallimard. Koukou Publishing, una editorial argelina independiente dirigida por el ex activista político Arezki Ait Larbi, también ha sido excluida del festival de este año. Koukou, conocido por publicar obras de ensayistas, novelistas y periodistas cuyos escritos a menudo desafían las narrativas oficiales, tampoco fue invitado, escribió Ait Larbi en una publicación de Facebook.

“Nuestra casa está bajo amenaza de una prohibición total de publicar”, dijo Ait Larbi, acusando a los censores del Ministerio de Cultura de atacar sus libros.