En una era marcada por rápidos avances tecnológicos, los artistas se están convirtiendo cada vez más en pioneros en la intersección de la creatividad y la innovación. Si bien el futuro siempre ha sido incierto para las artes, los desafíos actuales (desde el auge de la inteligencia artificial hasta la inestabilidad global) exigen que los artistas reimaginen su trabajo de maneras nuevas y dinámicas.
“A veces es la preocupación o el miedo a la tecnología y a dónde puede llevarnos”, dijo la directora de artes de la Fundación Knight, Jennifer Farah, durante una mesa redonda en Catalyst: Transformación digital en las artes, un foro celebrado en diciembre de 2023. “Pero parece que el La tecnología los ha moldeado a ustedes, y ustedes también moldearon la tecnología”.
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Para la artista transdisciplinaria y ganadora del Premio Guggenheim Stephanie Dinkins, fue un encuentro casual con la IA lo que impulsó su exploración de las posibilidades de la tecnología. La serie en curso de Dinkins Conversaciones con Bina48, donde entabla un diálogo con un robot social sobre temas que van desde la ascendencia hasta la ética, es una meditación que invita a la reflexión sobre cómo la tecnología puede dar forma a nuestra comprensión de la identidad y la existencia. “Me decidí por la idea de nutrir la tecnología. . . estar en el mundo en el que me gustaría vivir, no sólo en el mundo en el que participamos”, explica. “Estoy hablando de crear un mundo, y eso es importante en tecnología”.
Este sentimiento lo comparten artistas como la Dra. Madeline Gannon, a menudo denominada “Robot Whisperer”. Gannon considera que su trabajo con máquinas autónomas es más una asociación que un proceso vertical. “Sé exactamente lo que se supone que deben hacer y, sin embargo, como les doy autonomía y agencia, no siempre me escuchan”, dice. “Es más una conversación. Se trata de un modelo atractivo sobre cómo interactuar con la tecnología en el futuro. Cuando no tenemos control directo, necesitamos tener una conexión directa”.
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Para Roddy Schrock, organizador artístico y director ejecutivo del Eyebeam Art and Technology Center, es crucial reducir el ritmo y evaluar dónde nos encontramos. “Están sucediendo muchas cosas en este momento”, reflexiona. “Si realmente nos diésemos el tiempo para comprenderlo, tendríamos una idea mucho mejor de lo que podría ser el futuro, en lugar de hacia dónde parece estar avanzando”.
Los artistas que trabajan con tecnologías emergentes ven su trabajo no como productos finales, sino como piezas de una conversación en evolución. Ven la intersección del arte y la tecnología como una oportunidad para crear algo significativo a partir de lo desconocido. Se trata de utilizar la tecnología como una herramienta más en el proceso creativo, de forma muy parecida a como un pintor utiliza el color en un lienzo. Las posibilidades sólo están limitadas por la imaginación del artista.
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Si bien existen preocupaciones comprensibles sobre hacia dónde se dirige la tecnología, artistas como Dinkins, Gannon y Schrock imaginan un mundo donde la creatividad cierra la brecha entre humanos y máquinas, ofreciendo esperanza para un futuro más reflexivo e interconectado.
Como señala la Dra. Safiya Noble, profesora de UCLA y cofundadora del Centro de Investigación Crítica de Internet de UCLA: “El mayor antídoto contra la deshumanización de la tecnología es el arte. Eso es lo que hacen los artistas. Ellos son los que dicen la verdad. Nos tocan en el corazón y en la mente. Eso significa [they] son las personas que nos van a salvar”.
Estos artistas están haciendo más que simplemente reaccionar a los cambios tecnológicos de hoy; están dando forma activamente a lo que será el mañana. Su trabajo nos recuerda que incluso en un mundo cada vez más definido por algoritmos y datos, sigue habiendo espacio para la creatividad y la conexión humana.