Las tendencias de dormir juntos varían ampliamente entre culturas y moldean sus tendencias según las expectativas culturales. En Occidente, hay un mayor énfasis en inculcar la autosuficiencia, a menudo haciendo que los niños duerman en habitaciones separadas desde una edad temprana. Por el contrario, las culturas del sur de Asia generalmente apoyan el colecho entre padres e hijos hasta bien entrada la infancia. Esta práctica tiene profundas raíces evolutivas, ya que los humanos evolucionaron para dormir junto a otros en busca de calor y seguridad. Curiosamente, este comportamiento del sueño también está influenciado por quienes están cerca.
Dormir con bebés tiene perspectivas contradictorias de una cultura a otra. (Pexels)
Un estudio publicado en Trends in Ecology and Evolution encontró que los animales que duermen en grupos muestran patrones de sueño similares moldeados por quienes los rodean, como ratones en grupos que sincronizan sus movimientos oculares rápidos (REM). Goffredina Spanò y Gina Mason en The Conversation exploraron este comportamiento de colecho a lo largo de las edades.
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Colecho en bebés
El colecho entre padres e hijos tiene una comprensión mixta, debido a las diferentes perspectivas de las culturas occidental y oriental. Es común que los padres duerman con sus bebés en América del Sur, Asia y África. Los investigadores y científicos evolutivos identificaron la historia evolutiva de los humanos que dormían con sus bebés para mantenerlos seguros y protegidos. Además de la seguridad, los defensores del colecho creen que aumentará el vínculo con el bebé, nutrirá su salud emocional y mental y aliviará el estrés con la presencia constante de un cuidador.
En contraste, las sociedades occidentales a menudo enfatizan la autosuficiencia en los niños pequeños y expresan preocupación por el síndrome de muerte súbita del lactante (SMSL), uno de los principales riesgos asociados con el colecho infantil. Muchos expertos desaconsejan compartir la cama por este motivo. Organizaciones como la Academia Estadounidense de Pediatría recomiendan que los bebés duerman cerca de sus padres pero en una superficie separada para reducir el riesgo de SMSL. Sin embargo, algunos investigadores sugieren una visión alternativa, señalando que dormir colecho puede dar como resultado un sueño más ligero y tomas más frecuentes, lo que puede ayudar a los bebés a despertarse con más frecuencia y desarrollar un mejor control de la respiración.
Dormir en la infancia
El colecho infantil también es muy común. El colecho entre hermanos en la infancia también es muy frecuente. Dormir colecho es particularmente beneficioso para los niños que padecen autismo, trastornos de ansiedad o problemas de salud crónicos. Les cuesta conciliar el sueño con sus condiciones. Dormir colecho provoca autismo, trastornos de ansiedad o problemas de salud crónicos, y concilian el sueño con mayor facilidad.
Dormir en la edad adulta
Los trastornos del sueño, como los ronquidos fuertes, perturban mucho. (Pexels)
Compartir la cama es muy común entre las parejas, pero no siempre se trata de intimidad y romance. En las relaciones heterosexuales, las mujeres suelen experimentar una peor calidad del sueño y más alteraciones en los movimientos de su pareja. Si bien muchas parejas afirman sentirse más descansadas cuando comparten cama, dormir juntos a veces puede provocar un sueño menos profundo en comparación con dormir solo.
Los investigadores se centraron en mejorar la calidad del sueño en lugar de seguir tendencias culturales. Hicieron hincapié en que el entorno del sueño debe moldearse y adaptarse a las necesidades y preferencias personales. Del mismo modo, el colecho debe abordarse en función de las necesidades y la comodidad individuales y no de las normas sociales.
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