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A la luz del lento ritmo para alcanzar los Objetivos de Desarrollo Sostenible (ODS), es vital dar un paso atrás y prestar atención a la variedad de oportunidades disponibles en las industrias culturales y creativas (ICC), incluidas las artes escénicas y audiovisuales. artesanía, publicidad, diseño, arquitectura, libros, medios y software, y explore la mejor manera de utilizarlos para el bien de la humanidad.

Estas industrias pueden ser impulsoras y facilitadoras del crecimiento inclusivo, el desarrollo social y la innovación basada en soluciones. Pueden valorar valores que mejoran la vida, dar esperanza frente a la desesperación y modelar el comportamiento necesario para la resiliencia y la resolución de problemas. Las artes pueden utilizarse para la promoción de la salud, mejores métodos agrícolas, la mitigación del cambio climático y la mejora de la paz y la seguridad.

Aunque las ICC no están explícitamente ancladas en los ODS, pueden tener un papel importante en esta agenda global. Pueden estimular el crecimiento económico, la inclusión social y la protección ambiental aumentando la concienciación, influyendo en el comportamiento, desafiando las desigualdades y abogando por sociedades más equitativas.

Cuestiones temáticas como el respeto por los derechos humanos, la seguridad alimentaria, la atención sanitaria para todos, la energía limpia y la equidad de género pueden abordarse de manera persuasiva a través de las artes para fomentar la reflexión y la acción. Pero esto sólo sucederá si las naciones, individual y colectivamente, prestan atención e invierten en las artes y la cultura.

La cultura –que se expresa a través de las artes en sus diversas formas– representa aproximadamente el 3,1% del PIB mundial y el 6,2% de todo el empleo, especialmente entre los jóvenes. Según el Informe de perspectivas 2022 de la UNCTAD, las industrias creativas contribuyen significativamente al comercio internacional de bienes. Las exportaciones mundiales de bienes creativos aumentaron de 208.000 millones de dólares en 2002 a 524.000 millones de dólares en 2020.

Desde 2007, Asia ha sido el mayor exportador de bienes creativos, con exportaciones que ascendieron a 308.000 millones de dólares en 2020, seguida de Europa con 169.000 millones de dólares y América del Norte con 37.000 millones de dólares. Es China quien está impulsando el dominio de Asia en bienes creativos al representar el 32% de las exportaciones mundiales de bienes creativos.

Al invertir en políticas públicas propicias y conductoras, infraestructura, capacidades institucionales y procesos para aprovechar las industrias culturales y creativas, las naciones pueden beneficiarse de la creatividad y la innovación.

Tocando la mente y el corazón

La cultura y las artes permiten voces diversas en los asuntos públicos a través de una amplia participación en la música, las artes escénicas, las artes visuales, el cine, la moda y otras manifestaciones de creatividad. Al hacerlo, sugieren soluciones a algunos de los obstáculos que obstaculizan la realización de las aspiraciones globales de paz y prosperidad.

Además, la promoción de la libertad artística, la diversidad de los medios y la libre expresión, junto con un entorno digital sólido y accesible, mejoran la interacción y el entendimiento intercultural. También cuestionan las desigualdades, crean oportunidades de empleo, mejoran la inclusión y permiten la conectividad global.

Pero deberían abrirse las puertas al flujo de bienes y servicios culturales. Es necesario eliminar los obstáculos a la movilidad de los artistas y profesionales de la cultura. Igualmente importante es el desarrollo y la implementación de políticas que faciliten acuerdos amigables de exportación para el comercio y apoyo técnico y financiero para las artes.

Cuando están comprometidos con la transformación social como objetivo, los artistas pueden desempeñar un papel vital al poner a trabajar su imaginación e interrogar las tendencias de la sociedad. En el mejor de los casos, activan una atmósfera de curiosidad y cuestionamiento y sugieren sutilmente caminos para la resolución de desafíos sociales.

A través del poder de su imaginación, los artistas reflejan, dilucidan e interrogan las realidades políticas, económicas, sociales y culturales. Desenredan las tensiones y contradicciones mientras informan, entretienen y educan a sus audiencias. Los artistas son capaces de tocar la mente y el corazón y fomentar el diálogo. También pueden imaginar futuros que podrían servir de material para formulaciones y proyecciones de políticas.

Los artistas pueden contribuir al crecimiento económico, la inclusión social y la protección del medio ambiente. Su imaginación puede activarse para abordar los desafíos relacionados con la pobreza, las desigualdades, el populismo y las violaciones de derechos humanos que se experimentan actualmente en el mundo.

Pero la utilización de las artes requiere inversión para que puedan integrarse sistemáticamente en la consecución de los ODS. Al hacerlo, se les puede movilizar para crear comunidades más felices y saludables, fomentar prácticas inclusivas y participativas, aumentar el aprendizaje sobre las preocupaciones locales y globales, apoyar enfoques de vida más ecológicos y sostenibles mediante el modelado de comportamientos y fomentar el espíritu empresarial y la innovación. Por tanto, es estratégico activarlos en la consecución de la agenda global.