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Estoy mirando cámaras nuevas, no porque quiera, sino porque mi cámara principal tuvo un percance y está oficialmente muerta. Mientras lloro mientras busco en Internet, me encantaría tener la cámara Canon más nueva. Sin embargo, ¿es esto sensato desde un punto de vista realista y financiero?

Existe la creencia persistente de que el equipo de cámara más moderno y avanzado es esencial para capturar excelentes imágenes. Sin embargo, la realidad puede ser muy diferente. Muchos fotógrafos profesionales argumentan que, si bien las cámaras modernas ofrecen características técnicas increíbles, no conducen automáticamente a mejores fotografías ni al éxito. En este vídeo, Scott de Tin House Studio explica por qué yo (y tú) casi definitivamente no necesitamos gastar dinero en las cámaras más avanzadas y caras.

El mito de la “cámara perfecta”

Muchos fotógrafos sienten que “necesitan” cierto equipo para tener éxito en campos específicos y, a veces, usted es así. Por ejemplo, los fotógrafos de bodas pueden pensar que necesitan una cámara con ISO alto para condiciones de poca luz o los fotógrafos de deportes pueden sentir que necesitan velocidades de obturación rápidas para tomas de acción.

La verdad es que los fotógrafos han capturado imágenes impresionantes mucho antes de que existieran las cámaras digitales modernas, utilizando equipos básicos y, a menudo, muy complejos. ¿Con qué frecuencia has aumentado realmente ese ISO por encima de 25000? ¿O utilizar una velocidad de fotogramas en ráfaga hasta la estratosfera? Puedo decirte la respuesta: casi nunca. Por lo tanto, ¿realmente necesitas esas especificaciones adicionales?

La diferencia de costo entre una Canon R5 y una Canon R5 mark II es de alrededor de $2000. ¿Qué obtienes que sea diferente en el Mark II? Video RAW de 8K a 60 fps en lugar de 30 fps en la marca I. ¿Vale $ 2000? Sin embargo, quizás si realmente quieres disparar en VR 180, si realmente lo haces, habrías comprado la R5 C.

Simplicidad en el dominio

Scott respalda su argumento mostrando el trabajo de varios fotógrafos legendarios, todos los cuales produjeron trabajos extraordinarios con tecnología o equipo limitados.

Annie Leibovitz tomó retratos icónicos y tomas de acción con cámaras de cine, incluidas la Leica M6 y la Mamiya RZ67, ninguna de las cuales ofrecía enfoque automático ni opciones de ISO alto. Dominó sus herramientas y tomó decisiones creativas que no dependían de tecnología avanzada.

William Eggleston, un pionero de la fotografía en color, fotografió con una película Leica y Kodak Kodachrome 64, que tenía un rango dinámico limitado y requería una exposición precisa. A pesar de esto, su trabajo se convirtió en un ejemplo de fotografía en color que definió el género.

Lee Miller, una de las primeras fotógrafas de guerra, utilizó una cámara Rolleiflex básica para capturar imágenes icónicas de la Segunda Guerra Mundial. Logró resultados sorprendentes no gracias a su equipo sino a su ojo para la composición y el tiempo.

Estos ejemplos demuestran que la buena fotografía proviene de la habilidad y la visión, en lugar de depender de las últimas funciones de la cámara.

Equipo versus habilidad

De hecho, una cámara mejor puede brindar comodidades como un enfoque automático más rápido, configuraciones ISO más altas o más fotogramas por segundo. Sin embargo, estas mejoras no reemplazan las habilidades que definen a un fotógrafo exitoso: comprender la iluminación, la composición y la sincronización. Por ejemplo, la fotografía deportiva no requiere miles de tomas por minuto sino más bien estar atento al momento adecuado, algo que no se puede lograr simplemente “rociando y rezando” con una cámara de alta velocidad.

El costo de perseguir el equipo.

Scott plantea el argumento muy válido de que muchos fotógrafos y empresas caen en la trampa de actualizar continuamente sus equipos, gastando a menudo mucho más de lo necesario. Las investigaciones sugieren que las empresas con menores gastos en equipos tienden a ser más estables financieramente. Una mejor cámara puede facilitar algunos aspectos de la fotografía, pero no sustituye la experiencia.

Ningún fotógrafo tiene éxito simplemente porque posee la última cámara. El éxito en la fotografía proviene de dominar su oficio, comprender el tema, saber lo que su audiencia quiere ver y también ser eficaz en la comercialización de su trabajo y desarrollar habilidades comerciales.

La importancia del disfrute

Si bien el equipamiento de alta gama no garantiza el éxito, el disfrute sí influye. Elegir el equipo que te encanta usar puede marcar una gran diferencia. Scott comparte cómo le gusta usar una cámara mecánica de 35 mm más antigua por su simplicidad y sensación, no porque tenga las últimas funciones. El disfrute puede mejorar su creatividad y motivación, pero esto siempre debe equilibrarse con consideraciones financieras prácticas.

Habilidad sobre equipo

En última instancia, todos debemos recordar que actualizar nuestra cámara no mejorará automáticamente nuestra fotografía. Si no puede producir un trabajo de calidad con una configuración básica, es poco probable que una nueva cámara solucione el problema. Una fotografía exitosa es mucho más que las capacidades técnicas de su equipo; se trata de capturar el momento adecuado, comprender el tema y conectarse con su audiencia.

En resumen, la cámara que utilices es mucho menos importante que tus habilidades, visión y dedicación a tu oficio. Aunque, en mi caso, cualquier cámara que realmente se encienda y no se corroa con agua salada será una mejora significativa.