El Mes de la Sostenibilidad de octubre en la Universidad de Manitoba aportó nueva luz al impactante e innovador proyecto Local Clay dirigido por la profesora de la Escuela de Arte Grace Nickel y sus estudiantes en la clase de Cerámica a baja temperatura. Este proyecto práctico ejemplificó las prácticas sostenibles en bellas artes al utilizar recursos locales, reducir los impactos ambientales y fomentar la colaboración dentro de la comunidad.
Más allá de las fuentes tradicionales: arcilla sostenible
Para este proyecto, Nickel y sus estudiantes evitaron la minería comercial y el uso de arcillas producidas en fábricas, optando en cambio por arcilla procedente del cercano sitio de construcción de Southwood Circle. Esta loza local trajo varios beneficios ambientales. Al aprovechar los recursos que ya estaban disponibles, el proyecto evitó el impacto ambiental del transporte de larga distancia, manteniendo baja la huella de carbono y reduciendo significativamente los costos. Esta arcilla roja era naturalmente adecuada para la cocción a baja temperatura, lo que la convertía en una combinación perfecta para la clase de cerámica de fuego bajo y al mismo tiempo conservaba energía.
Técnicas de cocción energéticamente eficientes
El compromiso del proyecto con la sostenibilidad fue más allá mediante la cocción única, una técnica que evitaba el típico proceso de cocción en dos pasos, lo que resultaba en un uso de energía aún menor. Cada paso fue cuidadosamente diseñado para reducir el impacto ambiental, desde la selección de materiales hasta el proceso de cocción final, lo que demuestra que los recursos locales y accesibles podrían satisfacer las necesidades artísticas de los estudiantes y al mismo tiempo respaldar objetivos de sostenibilidad más amplios.
Un proceso maleable y colaborativo
La arcilla en sí se destacó por su notable plasticidad y maleabilidad, cualidades que la convirtieron en un material ideal para proyectos de estudiantes. A través de la colaboración con la construcción de Southwood Circle, Nickel obtuvo acceso a arcilla abundante y de alta calidad, lo que subraya el potencial de las asociaciones comunitarias en prácticas artísticas sostenibles. Ella documentó el viaje completo desde el abastecimiento hasta la cocción, ilustrando el proceso y los desafíos de trabajar con arcilla local mientras los estudiantes la transformaban en piezas únicas que reflejaban tanto su arte como su compromiso con la sostenibilidad.
Honrar el proceso y el lugar
A medida que el proyecto Local Clay evolucionó, los estudiantes de la clase de Cerámica a Bajo Fuego aprendieron no solo las técnicas de trabajo con materiales naturales sino también las responsabilidades que conllevan. Su trabajo se convirtió en un testimonio de lo que fue posible cuando el arte se unió a la conciencia ambiental, posicionando el proyecto Local Clay como un poderoso ejemplo de práctica sustentable dentro de la comunidad artística de la UM.
Las reflexiones de los estudiantes capturan la esencia de este viaje.
Wendy Peck compartió: “Cuando usas arcilla recolectada y procesada donde estás trabajando, te conectas con tu ubicación de una manera mágica y táctil. Además de los proyectos asignados, estoy creando una taza con arcilla de la U of M para marcar para siempre los años que pasé persiguiendo mi sueño. No hay nada más local que esto”.
Anaies Mehrabian, otra estudiante, comentó sobre la profunda conexión con la naturaleza que fomenta el trabajo con arcilla local: “Como estudiante de cerámica, estoy cautivada por la profunda conexión entre trabajar con arcilla local y la esencia de la Madre Naturaleza. La utilización de arcilla local ha profundizado mi comprensión, ya que me he involucrado no sólo con el material en sí sino también con su proceso de creación. La naturaleza impredecible de mis piezas hechas con arcilla local me permite abrazar el viaje, permitiendo que la arcilla revele su belleza única y mejore mi visión artística de una manera extraordinaria”.
Netsanet Shawl, estudiante de maestría en Bellas Artes, expresó: “Reunir y trabajar con arcilla local ha sido increíblemente inspirador. Me ha abierto los ojos a la riqueza de nuestro entorno. Es interesante ver cómo los colores y texturas de la arcilla influyen en nuestros procesos creativos. Este proyecto nos hace apreciar los materiales que a menudo damos por sentado. Los colores y texturas naturales de la arcilla le dan a cada pieza un carácter distinto, recordándome la conexión entre la Tierra y el arte”.
Noah Yaschyshyn describió el proceso de transformar la materia prima en arte: “Comenzamos con un cubo de material del sitio de construcción en University Crescent. Lo desmenuzamos, le añadimos agua, lo acuñamos e hicimos pruebas con la arcilla cruda. Es un proceso más íntimo que trabajar con arcilla comercial; Me hizo pensar en mi relación con el material, de dónde vino y por qué es importante para mí y mi práctica. Considero que la cerámica está orientada a la comunidad; compartimos el espacio del estudio, conocimientos, ideas. Somos muy conscientes de cómo nuestras acciones afectan a los demás, y eso se reduce a cómo afectan también al medio ambiente. Estamos trabajando duro y pensando de forma creativa y cooperativa. Creo que estamos dando un buen ejemplo”.